Irene es pura energía, seguridad y empatía. Le encanta el ritmo de la ciudad, la adrenalina de descubrir nuevos lugares y la conexión con quienes la rodean. Su estilo es una fusión entre tomboy y boho-chic, reflejando su personalidad versátil y sin miedo a lo inesperado. Siempre está en busca de experiencias únicas: un brunch de moda, una tienda escondida, un concierto con amigos o una exposición de arte moderno. Para ella, cada rincón tiene una historia que contar.

Viajar es su motor, sin importar la distancia, porque siempre hay algo nuevo que aprender. Equilibra su ritmo acelerado con el deporte, que ya es parte imprescindible de su rutina, pero también empieza a valorar los momentos de calma: un paseo sin prisa o una tarde de series. Y cuando necesita desconectar por completo, la Costa Brava es su refugio, su lugar favorito en el mundo, donde el tiempo se ralentiza y la vida se disfruta de otra manera.